26 de enero de 2012

Mi apunte sobre Madridfusión 2012


Es complicado destacar un hecho concreto entre una nube de virtudes. Por ello, creo preferible hacer constar, a modo de resumen, varios de los hechos que hacen a Madridfusión una de las citas indispensables para todos aquellos que adoramos la gastronomía. Hechos que, por otra parte, constituyen auténticas misceláneas de un mundo bastante particular.

Así, por ejemplo, será normal para cualquier paladar deambular entre las decenas de stands de la congregación gastronómica, picoteando entre diferentes culturas y engañando al gusto con los numerosos giros que nos ofrecen sus sabores. Especialidades coreanas, guiños a la cocina italiana, vinos con denominación de origen o propuestas ya conocidas (y no por ello desdeñables) de la enorme variedad que España posee en su geografía. Especialmente embaucador, por razones evidentes, me resultó ese pequeño rincón aborigen que constituía la expedición tinerfeña. Vinos sugerentes y las tradicionales papas bonitas, aderezadas con nuestra salsa por excelencia, el mojo, me trasladaban de nuevo al archipiélago. La charla con Manuel Iglesias, periodista y miembro del equipo chicharrero, resultó de lo más agradable.


Sin embargo, no sólo de representaciones provinciales y autonómicas vive el hombre, y no era complicado encontrar alternativas a la ya de por sí embriagadora propuesta. Marcas como Philadelphia, Oscar Mayer o Barceló dieron muestras de la variedad de sus productos y nos recordaron que Madridfusión alberga sitio para todas las tendencias. De esta manera, Senen González también disfrutó de su sitio en la feria, tanto con su archiconocida tortilla, como con una propuesta diferente para elaborar maki.

Especialmente deliciosos fueron, por último, los cócteles que se dieron cita en el Palacio Municipal de Congresos. Variados, innovadores y sugerentes (especialmente delicioso fue el de Ron Cartavio), para acompañar a excelsa comida. Y, como colofón, poder ver demostraciones in situ por chefs de prestigio que daban las claves para elaborar algunos de sus platos más famosos.


En definitiva, Madrifusión constituye una reunión de entendidos, sibaritas, curiosos, periodistas y precursores del buen gusto, que reporta tantas sensaciones y lecciones que resulta imposible salir de ella sin sorpresas en la mochila y regustos en el paladar. Pero lo mejor, sin duda, es probarlo uno mismo.

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